Yo y tú.
Tú y yo.
O lo que es lo mismo: nosotros.
Eduardo y Juani. Juani y Eduardo.
Amigos y PADRES (así, en mayúsculas porque ser padres es algo muy grande) aunque cada uno por su lado.
Y como padres que somos (como tú), nuestro mayor temor…
Miedo…
Pesadilla…
Como lo quieras llamar…
Es este: Que les pase algo a nuestros hijos.
Bueno… no solo eso.
Que les pase y que no podamos hacer nada.
Peor aún.
Que les pase y que no podamos hacer nada… por no estar preparados
Porque… ¿acaso hay algo más desgarrador que ver sufrir a tu propio hijo sabiendo que lo podías haber evitado?
Escalofríos nos da solo de pensarlo.
Y, sin embargo, a veces nos empeñamos (¿o nos “empujan”?) en hacer o aprender mil cosas para convertirnos en “buenos padres” que nos olvidamos de nuestra principal obligación:
Proteger la vida de nuestros hijos
Porque… no te despistes.
Eso es lo realmente importante.
Porque sin vida, no hay hijos.
Y sin hijos, no hay padres.
Ni buenos ni malos ni regulares.
Y en eso, en proteger la vida de tu hijo, te podemos ayudar
¿Por qué somos licenciados?
¿Por qué tenemos algún máster?
¿Por qué hemos trabajado para empresas importantes?
NO, NO y NO.
Aquí eso importa entre cero y nada.
Te podemos ayudar, principalmente, porque somos padres
Conocemos bien el Ironman que vives a diario.
Que si las comidas, el cole (o la guarde), los deberes, las rabietas, los cumples, las extraescolares, la “¿conciliación?”, los virus y un largo etcétera.
Y lo fácil que es perder el foco de lo realmente importante: esos ojitos que nos miran cada día como si fuéramos su héroe…
Y lo somos aunque a veces se nos olvide.
Aquí tienes nuestra primera ayuda
Es gratis y al grano
Una guía de 5 páginas que te revela los 10 alimentos más “ahoganiños” y cómo desactivar al instante su malvado poder para evitar que un simple bocado acabe en un susto… o en una tragedia.
Aplícala hoy mismo para que tu hijo esté más protegido… y tú más tranquilo.
Pero aquí no acaba la cosa…
Porque ahora la guía incluye algo más. Un auténtico regalo: las 3 cosas que jamás debes hacer si tu hijo se atraganta (y que casi todos los padres hacen por instinto).
Si crees que es completamente imposible que tu hijo pueda atragantarse, no te suscribas. En serio, no lo hagas